La muerte de un héroe
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La muerte de un héroe
Un bardo que está sentado en el estanque de la Torre Blanca explica una historia, y pregona lo siguiente. Se declaran 5 días de luto, venid, acercaos y os contaré porque:
Ser Edward Yubonas volvía junto con algunos sargentos, de una incursión al campamento de los bandidos de Liam y a las tierras de los no muertos, al llegar a la encrucijada de Rostow, el Consejero Zandarus lo esperaba con malas noticias.
- Maestre, me temo que Ser Wortimer se ha suicidado.- Masculló
El grupo no dio crédito a las palabras de Zandarus, rápidamente se organizó un escuadrón de batalla para penetrar en la ciudad y rescatar el cuerpo.
- ¡Vosotros!, ¡formación de cuña!, ¡Aleera, Violeta, Jude y Warren! ¡Zandarus y Valerie al acecho!.- Gritó Ser Edward.
Esto no es posible.- pensó para si el Maestre-. no puede haber muerto, imposible.
Poco a poco, fueron avanzando, los guerreros se manejaban con habilidad ante las defensas del enemigo. Ante los escuadrones de soldados armados con ballestas los guerreros de la Orden respondían con escudos y espadas que lanzaban latigazos temibles. Con una disciplina férrea, fueron avanzando poco a poco hacia la puerta noble. Al llegar, tres escuadrones enemigos les esperaban.
Uno de los sargentos Bellanti se reía delante del cadáver del caballero mientras le pisaba el pecho, o almenos lo hizo hasta que una flecha le atravesó la garganta.
Los guerreros penetraron en la ciudad, el Maestre se centro en sus objetivos, tres sargentos que lo rodearon rápidamente, él sabia que era un rehén muy valioso, pero no se iba a dejar cazar así como así. Esquivó una lanza que apuntaba a su cabeza desviándola con el escudo, mientras que con la otra mano asestaba un golpe mortal a uno de sus enemigos. Aún así, el tercer soldado consiguió alcanzarlo en el antebrazo.- ¡DIABLOS!-. Pensó para si. Con la furia desatada, se zafó de la espada que lo había herido y corto el brazo de su oponente, mientras que casi a la vez, daba una patada tremenda al pecho de su tercer y último contrincante para después rematarlo en el suelo.
El resto de guerreros bellanti tambien yacían en el suelo, y enmedio, el cadáver de Ser Wortimer Stauton, inmóvil e impasible a la batalla que haba acontecido momentos antes.
- Cargadlo en el caballo, le daremos un funeral digno.- Dijo intentando tener la actitud mas seria posible.
Los guerreros cogieron el cadáver y lo cargaron en un palafrén, y lo sacaron de Rostow, el Maestre fue mirando todos los cadáveres que habían dejado atrás, todos muertos para sacar el cuerpo de su hermano de sangre.
Una vez en la torre blanca, muchos lloraron y otros maldijeron, pero todos sabían una cosa. Un héroe había muerto
Ser Edward Yubonas volvía junto con algunos sargentos, de una incursión al campamento de los bandidos de Liam y a las tierras de los no muertos, al llegar a la encrucijada de Rostow, el Consejero Zandarus lo esperaba con malas noticias.
- Maestre, me temo que Ser Wortimer se ha suicidado.- Masculló
El grupo no dio crédito a las palabras de Zandarus, rápidamente se organizó un escuadrón de batalla para penetrar en la ciudad y rescatar el cuerpo.
- ¡Vosotros!, ¡formación de cuña!, ¡Aleera, Violeta, Jude y Warren! ¡Zandarus y Valerie al acecho!.- Gritó Ser Edward.
Esto no es posible.- pensó para si el Maestre-. no puede haber muerto, imposible.
Poco a poco, fueron avanzando, los guerreros se manejaban con habilidad ante las defensas del enemigo. Ante los escuadrones de soldados armados con ballestas los guerreros de la Orden respondían con escudos y espadas que lanzaban latigazos temibles. Con una disciplina férrea, fueron avanzando poco a poco hacia la puerta noble. Al llegar, tres escuadrones enemigos les esperaban.
Uno de los sargentos Bellanti se reía delante del cadáver del caballero mientras le pisaba el pecho, o almenos lo hizo hasta que una flecha le atravesó la garganta.
Los guerreros penetraron en la ciudad, el Maestre se centro en sus objetivos, tres sargentos que lo rodearon rápidamente, él sabia que era un rehén muy valioso, pero no se iba a dejar cazar así como así. Esquivó una lanza que apuntaba a su cabeza desviándola con el escudo, mientras que con la otra mano asestaba un golpe mortal a uno de sus enemigos. Aún así, el tercer soldado consiguió alcanzarlo en el antebrazo.- ¡DIABLOS!-. Pensó para si. Con la furia desatada, se zafó de la espada que lo había herido y corto el brazo de su oponente, mientras que casi a la vez, daba una patada tremenda al pecho de su tercer y último contrincante para después rematarlo en el suelo.
El resto de guerreros bellanti tambien yacían en el suelo, y enmedio, el cadáver de Ser Wortimer Stauton, inmóvil e impasible a la batalla que haba acontecido momentos antes.
- Cargadlo en el caballo, le daremos un funeral digno.- Dijo intentando tener la actitud mas seria posible.
Los guerreros cogieron el cadáver y lo cargaron en un palafrén, y lo sacaron de Rostow, el Maestre fue mirando todos los cadáveres que habían dejado atrás, todos muertos para sacar el cuerpo de su hermano de sangre.
Una vez en la torre blanca, muchos lloraron y otros maldijeron, pero todos sabían una cosa. Un héroe había muerto
Maestre Edward- Cantidad de envíos : 366
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