El tañido de la muerte
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El tañido de la muerte
Un día como otro cualquiera, una noche como otra cualquiera, una incursión como otra cualquiera. Volvían con unas pocas magulladuras del campamento, cuando vieron a un montón de gente en el puente cercano a Rostow. Jude captó unas pocas palabras: suicidio, locura, en Rostow, Wortimer...
¿Wortimer? Se quedó de piedra, completamente helada, blanca como la cera. ¿Ser Wortimer? Era una estupidez, era imposible. No cabía lógica en esa afirmación. Entonces, centrada en sus pensamientos la idea empezó a cobrar forma. Su casco, su capa, todas sus pertenencias... esparcidas por el suelo. Se quedó mirando fijamente el casco, sin poder apartar la vista, sin poder apenas respirar.
Fueron a Rostow, siguió a los demás sin decir nada. No lo creía, no era verdad. Y entre ataques feroces de los guardias, su inerte cadáver, aun caliente, en el suelo, en un charco de sangre. Lo recogieron a duras penas, y volvieron con su pesar y sus magulladuras a la Torre Blanca.
Una vez ahí Jude se apartó del resto. Se fue al último lugar en donde lo había visto, sobre su caballo, cerca de la costa sur. Un alarido estruendoso salió de su boca. Herida como estaba, se arrodilló en el suelo y estampó, una y otra vez, los puños con furia en el suelo.
- ¡Cobarde, cobarde, cobarde, cobardeeeeeee....! - gritó. - ¡Eres un maldito cobardeeeeeeee!
Entonces, una lágrima cayó por su mejilla y, al poco, empezó a llorar amargamente, mirando al mar.
¿Wortimer? Se quedó de piedra, completamente helada, blanca como la cera. ¿Ser Wortimer? Era una estupidez, era imposible. No cabía lógica en esa afirmación. Entonces, centrada en sus pensamientos la idea empezó a cobrar forma. Su casco, su capa, todas sus pertenencias... esparcidas por el suelo. Se quedó mirando fijamente el casco, sin poder apartar la vista, sin poder apenas respirar.
Fueron a Rostow, siguió a los demás sin decir nada. No lo creía, no era verdad. Y entre ataques feroces de los guardias, su inerte cadáver, aun caliente, en el suelo, en un charco de sangre. Lo recogieron a duras penas, y volvieron con su pesar y sus magulladuras a la Torre Blanca.
Una vez ahí Jude se apartó del resto. Se fue al último lugar en donde lo había visto, sobre su caballo, cerca de la costa sur. Un alarido estruendoso salió de su boca. Herida como estaba, se arrodilló en el suelo y estampó, una y otra vez, los puños con furia en el suelo.
- ¡Cobarde, cobarde, cobarde, cobardeeeeeee....! - gritó. - ¡Eres un maldito cobardeeeeeeee!
Entonces, una lágrima cayó por su mejilla y, al poco, empezó a llorar amargamente, mirando al mar.
Neisseria- Cantidad de envíos : 566
Fecha de inscripción : 29/06/2010
Edad : 39
Re: El tañido de la muerte
La luz se le torno oscuridad, el aire enrarecido con la noticia de su muerte le helaba la sangre, no podia dar crédito a los que le dijeron la noticia, Ser Wortimer....su honorable caballero de brillante armadura... en un ataque de no sabia bien que idea que le ofuscó, se habia lanzado contra toda Rostow el solo.
Aun recordaba la primera vez que le vio, tan firme, tan serio, con ese vozarrón que tronaba apabullando al inexperto herrero que, en su aturdida incompetencia de novato, queria hacer una buena reparacion para ese noble caballero que le daba la ocasion de lucirse.
Él, a pesar de haber tardado mas de lo necesario, le dio las gracias y alabó su trabajo, el herrero por hacerse una reputación intentó con mucho respeto regalarle el arreglo, por Gibil¡¡ nunca habia visto decisión tan firme e ideas tan claras sobre lo que debia o no hacer cuando le atendiera. Puedo asegurar que no volvi a intentar regalarle nada, ¡ cualquiera se atrevía!
Siempre pensé que un hombre como él no moriria nunca, que era capaz de enfrentarse a todo y a todos, tan duro como una roca, conocedor como nadie de los misterios y entresijos de la lucha, y como él mismo decía ganador de cien batallas, el adalid de todos los necesitados, no habia ocasion en la que se necesitara de su espada y no estuviera el primero, arengando y luchando hasta el final.
Se sentia huerfano por dentro, habia como un vacío negro que se llevaba su espiritu y su alegria, con Él desaparecia lo que mas le unia a su pasado, a sus inicios en su aventura como herrero.
Salomon, se sentó a la orilla del agua, puso la cabeza entre las manos y como un niño lloró amargamente.
Mi señor....
Aun recordaba la primera vez que le vio, tan firme, tan serio, con ese vozarrón que tronaba apabullando al inexperto herrero que, en su aturdida incompetencia de novato, queria hacer una buena reparacion para ese noble caballero que le daba la ocasion de lucirse.
Él, a pesar de haber tardado mas de lo necesario, le dio las gracias y alabó su trabajo, el herrero por hacerse una reputación intentó con mucho respeto regalarle el arreglo, por Gibil¡¡ nunca habia visto decisión tan firme e ideas tan claras sobre lo que debia o no hacer cuando le atendiera. Puedo asegurar que no volvi a intentar regalarle nada, ¡ cualquiera se atrevía!
Siempre pensé que un hombre como él no moriria nunca, que era capaz de enfrentarse a todo y a todos, tan duro como una roca, conocedor como nadie de los misterios y entresijos de la lucha, y como él mismo decía ganador de cien batallas, el adalid de todos los necesitados, no habia ocasion en la que se necesitara de su espada y no estuviera el primero, arengando y luchando hasta el final.
Se sentia huerfano por dentro, habia como un vacío negro que se llevaba su espiritu y su alegria, con Él desaparecia lo que mas le unia a su pasado, a sus inicios en su aventura como herrero.
Salomon, se sentó a la orilla del agua, puso la cabeza entre las manos y como un niño lloró amargamente.
Mi señor....
Salomon- Cantidad de envíos : 746
Fecha de inscripción : 25/01/2011
Re: El tañido de la muerte
Subió sobre el lomo de Bóreas, que piafó en un movimiento suave. Dio unas palmadas en el torso del equino, y tiró de las riendas, intentando controlar a la yegua. Una vez que esta bajó la cabeza, resignada, espoleó sus flancos, y partió como negro viento, trotando por las tierras de la Torre. Con el pelo meciéndose en el aire, se sintió libre, sin límites, como si le fuera a estallar el corazón de puro gozo. Disfrutó ese momento; sabía que cuando pusiera los pies en el suelo volvería la misma libertad, la de siempre, real, tangible, ni más ni menos que la de días anteriores, que la del pasado y el resto de su vida.
Se detuvo ante la Torre, y en el giro, la capa grana hondeó como un estandarte. Hacía poco desde que partieron de Rostow para formar esta nueva ciudad, aunque tal parecía que habían pasado mil años. Las construcciones seguían su curso, y pronto empezarían a verse edificios rodeando el templo de Manat. Muy pronto.
Muchos de los que conoció en la antigua ciudad habían muerto, y los demás habían cambiado. Las situaciones cambian a las personas irremediablemente, es cuestión de supervivencia dicen. Y la gente que las rodea los ayuda a evolucionar, para bien o mal, con sus propios cambios. Incluso los muertos pueden acabar cambiando a las personas.
Se detuvo ante la Torre, y en el giro, la capa grana hondeó como un estandarte. Hacía poco desde que partieron de Rostow para formar esta nueva ciudad, aunque tal parecía que habían pasado mil años. Las construcciones seguían su curso, y pronto empezarían a verse edificios rodeando el templo de Manat. Muy pronto.
Muchos de los que conoció en la antigua ciudad habían muerto, y los demás habían cambiado. Las situaciones cambian a las personas irremediablemente, es cuestión de supervivencia dicen. Y la gente que las rodea los ayuda a evolucionar, para bien o mal, con sus propios cambios. Incluso los muertos pueden acabar cambiando a las personas.
Neisseria- Cantidad de envíos : 566
Fecha de inscripción : 29/06/2010
Edad : 39
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