Sueños
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Sueños
El bardo empezó a cantar en el patio del teatro. Su voz sonaba alta, decidida a impresionar a su publico. Miraba al gentio alli congegrado y sonrio mientras cogia aire para la siguiente estrofa. Acto tras acto se oian los aplausos enfervecidos del publico. Saludó y fue a cambiarse las ropas para el acto final. Dentro lo esperaban la compañia de teatro mas grande jamas creada. Cientos de actores afinaban su voz y gesticulaban mirandose en los espejos. Su sueño se habia hecho realidad. Pasó entre baules y tocadores y se reunió con su amada. La mujer mas bella que podias imaginar. Besos, risas y lascivas miradas se entretejieron entre acto y acto mientras la compañia de teatro finalizaba la función.
El Teatro dio paso a la justa de caballeros que se daria en ese dia, y que el mismisimo Rey oficiaria alli, en el teatro de Brisman. Oyó las espadas entrechocar, gritos mudos de las damas de alta cuna cuando un caballero desmontaba a otro, jaleantes campesinos desde la zona apartada para ellos. Era una dia magico, todo salia a pedir de boca. De nuevo le tocó de él. El bardo cogió un raro instrumento que el mismo se habia fabricado y que segun sus oyentes diarios, era un regalo de los Dioses. Tocó y cantó con la mirada puesta en el Rey. Al finalizar. El ensordecedor aullido de las gradas lo aplastó. Era demasiado real para ser cierto.
Cuando el Rey montó a caballo para volver a palacio, lo hizo llamar. La sonrisa del joven Rey empezaba a difuminarse, donde estaba la ceñida corona se empezaba a formar una mezcla de ramas, plumas, y trigo.
- Buena funcion bardo - dijo el Rey con una voz que sonaba lejana.
- Eh loco, ¡despierta!
- ¿Donde vais bardo?
- ¡Despierta de una vez!
- No te vayas, quedate aqui, te nombrare Rey a ti.
Una patada lo saco de aquel sueño. Rikon, un cazador de Rostow, le daba patadas en las piernas.
- Ya esta otra vez el mendigo creyendose bardo
Rikon suspiro, y llevandolo a rastras, saco a aquel triste diablo de sus ensoñaciones, de lo que, en otra realidad, podria haber sido.
El Teatro dio paso a la justa de caballeros que se daria en ese dia, y que el mismisimo Rey oficiaria alli, en el teatro de Brisman. Oyó las espadas entrechocar, gritos mudos de las damas de alta cuna cuando un caballero desmontaba a otro, jaleantes campesinos desde la zona apartada para ellos. Era una dia magico, todo salia a pedir de boca. De nuevo le tocó de él. El bardo cogió un raro instrumento que el mismo se habia fabricado y que segun sus oyentes diarios, era un regalo de los Dioses. Tocó y cantó con la mirada puesta en el Rey. Al finalizar. El ensordecedor aullido de las gradas lo aplastó. Era demasiado real para ser cierto.
Cuando el Rey montó a caballo para volver a palacio, lo hizo llamar. La sonrisa del joven Rey empezaba a difuminarse, donde estaba la ceñida corona se empezaba a formar una mezcla de ramas, plumas, y trigo.
- Buena funcion bardo - dijo el Rey con una voz que sonaba lejana.
- Eh loco, ¡despierta!
- ¿Donde vais bardo?
- ¡Despierta de una vez!
- No te vayas, quedate aqui, te nombrare Rey a ti.
Una patada lo saco de aquel sueño. Rikon, un cazador de Rostow, le daba patadas en las piernas.
- Ya esta otra vez el mendigo creyendose bardo
Rikon suspiro, y llevandolo a rastras, saco a aquel triste diablo de sus ensoñaciones, de lo que, en otra realidad, podria haber sido.
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