El adios del Explorador

Itsulen paseaba por las calles de Albor, como cada dia. Miraba a aquellas personas con quien habia compartido tantos momentos, tanto buenos como malos. Pero no era un dia cualquiera, Itsulen miró a toda esa gente y se fue hacia la posada donde colgó un cartel:


Me acuerdo cuando llegué a esta ciudad...Estaba desierta, no habian edificios construidos, solo esa Torre Blanca.

El primero que me acogió fue Salomon, al que le debo todo. Espero que leas esto, te estoy muy agradecido por lo que has hecho por mi y por todo lo que has hecho por Albor. Aunque algunas veces te han criticado por la manera de hacer las cosas...Creo que lo has llebado de maravilla, repito, gracias por todo , te debo mil gracias.

Luego conoci a muchos guerreros, pero entre ellos había un arquero, Arkantos...Desde que lo vi, sentí una gran admiracion por él, era el mejor arquero que habia visto en toda mi vida: rápido, astuto, inteligente....Aprendí mucho de él.

Con el tiempo me fui acomodanbdo a la ciudad y pronto me hice un hueco como explorador, no sin mucho esfuerzo.

A muchas batallas y rescates fui con la Orden, que , aunque no llegué a ingresar nunca en ella, letenia un gran respeto y tambien admiraba su valor.

He de decir que aprendí mucho de la vida aqui en esta ciudad, la he visto crecer, y , creedme he estado bastante a gusto con alguno de ustedes...Ahora me tengo que marchar, seguramente echaré de menos algunas cosas de Albor, pero siento que lo debo hacer, espero que me entendais...Aqui teneis un amigo para siempre, espero que la ciudad prosperé y quizas....En algun dia muy lejano, vuelva a veros...

Firmado: Itsulen