Lamentos de Nora
Página 1 de 1.
Lamentos de Nora
Con una sonrisa, un balanceo de caderas y las notas de su lira, Nora intentaba entretener y alimentar el alma de aquellos que veía por la calle, pero nadie tenía tiempo, nadie tenía ganas, todos corrían cargados, todos se marchaban.
Miraba la puerta sur con rabia y un nudo le apretaba el estómago mientras pensaba en que probablemente, ella también tendría que dejar la ciudad.
Recordó su última canción en el campo de justas, dedicada a la victoria de Ser Wortimer en Beltane, había gustado y en aquél momento había creído que podría ser un paso más en su reconocimiento, pero qué ilusa fue... pronto todo se vino abajo.
Empezó a deambular por las calles de Rostow y casi sin darse cuenta, acabó acurrucada en los jardines de palacio. Se vió a sí misma en aquél mismo lugar, una renacuaja de 7 años, lloraba porque quería quedarse en la taberna escuchando a los bardos mientras su madre la buscaba a gritos por toda la ciudad, ahora, 16 años después, volvía a estar allí, con el mismo dolor afligiendo su alma, quería quedarse, pero así no, así no... y entre lágrimas, su voz empezó a coger fuerza y a sonar...
"Cumbres que al cielo llegáis
abrid paso a la claridad del sol,
dejad paso al fuego salvador
que la wyverna nos prometió.
No nos abandones en esta hora,
¡Modnyr! Que entre los dioses estás,
no dejes más a tus hijos sangrar
ayúdanos y vuelvenos a salvar.
Tu que conquistastes estas tierras,
que recibistes el don de Nanshe,
no dejes a este pueblo marchitarse
a tu ciudad hundirse y olvidarse.
¡Me niego a irme!
Aunque me tapen los ojos
y la boca me sellen,
aunque mis manos me quiten
y mi musica me deje.
¡Que se vayan todos!
Que se vayan mis hermanos,
la oscuridad está llamando
¡Esta vez si la ganamos!
Somos los amigos del wyvern
y al wyvern hemos matado,
el destino está esperando
qué final hemos labrado."
Entre suspiros se secó la cara con el vestido, y ya más reconfortada, volvió a las calles de Rostow.
Miraba la puerta sur con rabia y un nudo le apretaba el estómago mientras pensaba en que probablemente, ella también tendría que dejar la ciudad.
Recordó su última canción en el campo de justas, dedicada a la victoria de Ser Wortimer en Beltane, había gustado y en aquél momento había creído que podría ser un paso más en su reconocimiento, pero qué ilusa fue... pronto todo se vino abajo.
Empezó a deambular por las calles de Rostow y casi sin darse cuenta, acabó acurrucada en los jardines de palacio. Se vió a sí misma en aquél mismo lugar, una renacuaja de 7 años, lloraba porque quería quedarse en la taberna escuchando a los bardos mientras su madre la buscaba a gritos por toda la ciudad, ahora, 16 años después, volvía a estar allí, con el mismo dolor afligiendo su alma, quería quedarse, pero así no, así no... y entre lágrimas, su voz empezó a coger fuerza y a sonar...
"Cumbres que al cielo llegáis
abrid paso a la claridad del sol,
dejad paso al fuego salvador
que la wyverna nos prometió.
No nos abandones en esta hora,
¡Modnyr! Que entre los dioses estás,
no dejes más a tus hijos sangrar
ayúdanos y vuelvenos a salvar.
Tu que conquistastes estas tierras,
que recibistes el don de Nanshe,
no dejes a este pueblo marchitarse
a tu ciudad hundirse y olvidarse.
¡Me niego a irme!
Aunque me tapen los ojos
y la boca me sellen,
aunque mis manos me quiten
y mi musica me deje.
¡Que se vayan todos!
Que se vayan mis hermanos,
la oscuridad está llamando
¡Esta vez si la ganamos!
Somos los amigos del wyvern
y al wyvern hemos matado,
el destino está esperando
qué final hemos labrado."
Entre suspiros se secó la cara con el vestido, y ya más reconfortada, volvió a las calles de Rostow.
Kaileenah- Cantidad de envíos : 187
Fecha de inscripción : 13/11/2010
Edad : 39
Localización : Nunca Jamás
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.