Tom Sietecuerdas
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Tom Sietecuerdas
Era al atardecer, Tom Sietecuerdas estaba rodeado por una multitud de niños que atendían atentos con cara de pasmados a cada una de las palabras que el bardo articulaba con cuidado, cambiando la expresión del rostro en cada giro argumental, el estanque estaba lleno de niños, rodeando el viejo tronco en el que Tom se sentaba y exponía la historia.
-“Entonces la araña gigante saltó desde el infierno que era su cueva, abalanzándose sobre uno de Ser Wortimer Stauton, el legendario caballero”.- El bardo hizo una pausa mientras observaba las caras de horror de las criaturas-. “Y entonces…. ZAS!”.- Gritó mientras ensartaba la manzana que estaba comiendo con una daga-. Ser Wortimer se abrió paso por al abdomen de la bestia mientras Ser Gaelan Blackhelm, el caballero oscuro masacraba sin piedad a las bestias de ocho patas que se acercaban para atacarlos por la espalda….
Tom había cambiado la historia para que acabara en final feliz, los caballeros derrotaban a la bestia y galopaban victoriosos en busca de nuevas aventuras.
La realidad en cambio no era ni remotamente parecida, pero eso los niños no tenían porque saberlo.
Al acabar la historia, se dirigió a la posada, donde colgó un cartel con caligrafía cuidada:
Al salir de la posada, algunos trabajadores vinieron a pedirle que tocara la canción que lo había hecho famoso en Rostow, tocó y cantó mientras comían, cantaban y bebían. “Maldito tambor” pensó para sus adentros “Esta cosa no tiene melodía ni tiene nada!”
-“Entonces la araña gigante saltó desde el infierno que era su cueva, abalanzándose sobre uno de Ser Wortimer Stauton, el legendario caballero”.- El bardo hizo una pausa mientras observaba las caras de horror de las criaturas-. “Y entonces…. ZAS!”.- Gritó mientras ensartaba la manzana que estaba comiendo con una daga-. Ser Wortimer se abrió paso por al abdomen de la bestia mientras Ser Gaelan Blackhelm, el caballero oscuro masacraba sin piedad a las bestias de ocho patas que se acercaban para atacarlos por la espalda….
Tom había cambiado la historia para que acabara en final feliz, los caballeros derrotaban a la bestia y galopaban victoriosos en busca de nuevas aventuras.
La realidad en cambio no era ni remotamente parecida, pero eso los niños no tenían porque saberlo.
Al acabar la historia, se dirigió a la posada, donde colgó un cartel con caligrafía cuidada:
“Se hace saber que Tom Sietecuerdas, archiconocido autor de la canción El Bardo y el Pueblo ha decidido instalarse en la ciudad de Albor con intención de animar sus corazones y ayudar en todo lo posible.
Sietecuerdas, estará disponible para amenizar celebraciones y comidas de todo tipo, gran experiencia en la corte de Rostow como bardo y con un gran repertorio de letras y música a sus espaldas.
Además, se ruega se pongan en contacto con él las personas que dispongan de:
- Conocimientos de Sastrería.
- Kits de disfraces.
- Lutieres que puedan fabricar laúdes.
- Personas interesadas en pregonar sus nuevas.
- Actores profesionales o aficionados.
- Otros bardos
- Personas que quieran escuchar leyendas e historias.
- Etc.
Al servicio del pueblo.
Tom Sietecuerdas.”
Al salir de la posada, algunos trabajadores vinieron a pedirle que tocara la canción que lo había hecho famoso en Rostow, tocó y cantó mientras comían, cantaban y bebían. “Maldito tambor” pensó para sus adentros “Esta cosa no tiene melodía ni tiene nada!”
Neonzard- Cantidad de envíos : 260
Fecha de inscripción : 27/09/2009
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