Herborista

En la puerta de la posada Eskarina observaba la pila de carteles superpuestos, paraba la vista durante varios segundos en los textos, intentando sin éxito captar algo de su significado, volvía a mirarlos una y otra vez curiosa, tocándolos y olfateándolos, preguntándose qué pondría en cada uno de ellos.

Derek se acercó a ella cuando empezó a manipularlos sin cuidado.

- Oye salvaje!! bastante tengo con que me llenes la mesa de guarrería con esos pies como para que encima tenga que soportar quejas de clientes por quitar sus carteles.

La muchacha se echó hacía atrás encogida, consciente de que muchas de sus formas no gustaban en la ciudad.

- Yo solo querer escribir ahí
- Pues aprende.
- Yo no saber ¿Tú no ayudar...me?
La sonrisa inocente de Eskarina no dejó a Derek impasible, éste maldijo para sí y sacó los utensilios, sacudió la mesa de la posada y se dispuso a escribir. Justo enfrente de él, Eskarina observaba subida en la misma mesa.

- Vamos niña! Que tengo que atender a los clientes. ¿Qué quieres decir?

- Yo decir a mi forma, tu escribir bien ¿vale?

Derek rió y asintio con la cabeza. El cartel que finalmente se colgó decía así:

“Soy Eskarina y quiero ser exploradora. Pero la misión que me han encomendado es ardua, a pesar de recorrerme cada rincón del continente en mis largos viajes, no he tenido éxito. Por eso necesito la ayuda de un buen herborista entrenado en campo para que me dé algunas guias que puedan ayudarme en mi búsqueda.”

- …. ayudar..mi a buscar.- Observó unos segundos como Derek terminaba. -¿Ya? Yo firmar, yo firmar!.

Derek le tendió la pluma, Eskarina la observó unos segundos y la soltó en la mesa, cogió el pergamino y lo puso en el suelo para plantar el pie al final del texto, toda la arena y suciedad de su planta marco el contorno oscuro de sus dedos en el delicado pergamino. Al fin, mientras Derek negaba con la cabeza y guardaba su pluma de mal humor Eskarina colgaba ilusionada su primer cartel.