Suspiros de vida

Storax se sentó al lado del caldero, junto a la empalizada, pensando en todo lo que le había ocurrido en estos años...
Su vida se habia convertido en algo sin sentido.

Despues de muchos años trabajando de mercenario en Rostow se marchó a Albor.
Habia pasado muchos años teniendo el sentimiento de soledad, ganando unas tristes monedas por trabajar para la gente corrupta de Rostow. Pero allí, su vida cambió por completo al encontrar ese grupo de personas con las que se sentia identificado, y compartía ideas. Se sentia agusto con esa compañia y llegó a hacer grandes amistades en el gremio. Cada vez se estaba integrando mas en la ciudad, y con sus habitantes, conoció a muchas personas que valian la pena, pero otra vez fue alejado de ellas.
Vió como él y su grupo fueron exiliados tambien de Albor. Pero nunca imaginó lo que pasaria a posteriori, viendo como poco a poco iban cayendo muertos sus compañeros y amigos...Sobretodo el ultimo....Ser Konstantin, con el que habia compartido tantos buenos como malos momentos, el que siempre lo ayudaba, con el que iba a conseguir unas monedas de tanto en tanto, con el que le habia ayudado a integrarse en Albor....Y ahora...Tal vez fuera el destino...Vuelve a estar solo, refugiandose de las tropas de Rostow y Albor por las tierras de Etrania, viendose cada vez mas solo y acorralado...Solo le quedaba un apoyo, Norse. Ahora eran grandes amigos, solo se tenian uno al otro y con la ayuda del otro sacaban fuerzas para seguir adelante.

Storax miró hacia el cielo y dijo:
- Tal vez sea el destino....- sonrió. Cada vez estoy mas viejo, crecen jovenes guerreros, cada vez mas experimentados...Creo que no estoy hecho ya para estas batallitas...Esto se va a acabar tarde o temprano...
Miró hacia el caldero donde estaba Norse cocinando y dijo:
- Norse...- sonrió- Si no lo logramos...He estado muy agusto este tiempo, nunca os olvidaré...A nadie de este gremio, te lo aseguro. - sonrió y empezó a comerse una pera que estaba empezando a pudrirse.