-- Varick Zutreffend --
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-- Varick Zutreffend --
En un foro sobre el juego de rol de warhammer, un usuario posteó la historia de un jugador que el había hecho (como master). Es un poco larga, pero creo que le puede gustar a mucha gente. Eso si, es del estilo de warhammer: oscuro y delirante. (el narrador en cuestión se apoda Drachenfels) Merece la pena leerlo.
-- Varick Zutreffend --
Escribano/”Infiltrado”
Te encontrabas en los calabozos de la ergástula de Mundsen. Uno de los sitios mas purulentos de todo el Imperio. Allí se arremolinaba la peor de la calaña de todo el imperio entre los muros de esta prisión. Y tú te encontrabas allí, tranquilo e imperturbable. No sabias como iba a acabar tu camino, pero de lo que estabas seguro es que no ibas a estar mucho más tiempo encerrado entre las paredes de esta carcel.
Unos pasos de botas pesadas se entrometieron en tus sueños. “Abrid la jaula, ¿Varick Zutreffend?” Alzaste la vista y viste el rostro de un joven bastante apuesto, te aclaraste la vista y volviste a mirar bien al muchacho.
- ¿… si?
- Mi nombre es Patrick. Acompáñeme.
El aspecto del muchacho, a pesar de su temprana edad imponía notablemente. Era un chico de constitución fuerte e iba bien equipado, una espada bastarda oculta tras una capa, una ballesta en el cinto, un carcaj en el otro lado. Sin duda era un cazador de brujas de campo muy bien preparado. Te empezaste a levantar torpemente el te agarró con mucha fuerza de una de tus muñecas y te ayudó a incorporarte. No sabias si debías estar atemorizado o simplemente agradecido, tu destino al atravesar las puertas de tu encierro era completamente incierto.
“Limpiadlo y dadle ropajes nuevos”. Te pusieron en medio de un patio completamente desnudo con todas las marcas causadas por el paso del culto en tu cuerpo, hacia mucho tiempo que no veías el sol y eso te castigaba mucho tus ojos. De golpe un cubo de agua chocaba contra tu cuerpo “¡venga! ¡Espabila, pedazo de mierda!” sin duda eran muy alentadores los gritos del carcelero. Empezaste a desincrustarte la inmundicia que llevabas en el cuerpo gracias a un cacho de cuerda de esparto mientras te iban arrojando cubos de agua helada. Ante ti te dejaron un pantalón y una camisa. “Vístete, nos vamos”.
A unos pocos metros de las puertas de la ciudadela de Mundsen se encontraba un carro negro tirado por dos caballos. En él había un cochero con unas pintas no muy distintas a las que tenía tu acompañante. El cazador de brujas abrió la puerta del carro invitándote a pasar.
Al parecer os dirigíais al centro de Altdorf, capital del Imperio. Al cabo de unas horas el carro se detubo, Patrick bajó del carro y te indicó que debías bajar. Al parecer estabas equivocado, el carro no se dirigía al centro de Altdorf si no al puerto del río Reick, una de las peores zonas de Altdorf, por las noches era una zona realmente peligrosa, tu sabias muy bien eso. Habíais parado ante una posada del Reick, Patrick te hizo pasar delante y entrasteis en ella, un antro realmente repugnante “Traedme algo de comida y bebida” indicó al posadero, el cual asintió y se apresuró en cumplir las órdenes del Cazador de Brujas. Subisteis hasta un segundo piso y entrasteis en una de las habitaciones, en la habitación había únicamente una cama y una mesa con dos sillas.
El puño del Cazador de Brujas chocó contra tu boca haciéndote caer sobre la cama, realmente tenia muchísima fuerza para ser un chico tan joven, de un solo puñetazo te había abierto toda la encía y tu boca sangraba, mucho.
- No quiero que en ningún momento te sientas cómodo, ¿entiendes? Me repugna la gente como tu, ahora siéntate.
Cogió las dos sillas y las puso frente a ti, al lado de la cama. En una de ellas puso un fardo, en la otra se sentó él. Abrió el fardo y dejó a la vista un impresionante número de herramientas de tortura, todas muy limpias y bien ordenadas.
- Ahora, hablemos…
Hacia poco tiempo que andabas trabajando para un pequeño hechicero imperial, por fin habías dejado ese ridículo cargo de bibliotecario, por fin podrías comenzar a ganar dinero de verdad. Aquellos escribas que tenían la suerte de trabajar bajo el mando de un hechicero solían amasar grandes cantidades de dinero. La faena no era muy compleja, mantener ordenada la biblioteca, pasar algunos papeles a limpio y contestar a la correspondencia. Hasta cinco coronas de oro podías llegar a ver al mes. Mientras que un campesino ganaba unas diez monedas de oro al año, tu ganabas seis veces más. Además ostentabas una posición privilegiada respecto a muchos, gracias al permiso del hechicero tenias acceso a la escuela de magia alquimica y a cualquier sección de la biblioteca. En tus ratos libres te dedicabas a curiosear algunos libros inaccesibles a mucha gente, ya bien fuese por su complejidad o por su carácter “privado” para los magos.
Poco a poco el hechicero se sintió muy complacido de tus buenas labores y decidió premiarte con veinte chelines de plata más al mes, el equivalente a una moneda de oro más, su generosidad era inmensa. La noche de tu prima extra decidiste que tenías ganas de ir a celebrarlo. Esa noche en la taberna corrió el vino y la cerveza a tu cuenta, realmente te sentías muy lleno con tu trabajo y con el dinero que ibas acumulando.
Tu familia comprendió perfectamente que una noche al mes, era tu noche y que deseabas tomártela para ti solo. Al principio te sentías mal por dejar a tu mujer y a tu hija solas en casa, pero poco a poco fue desapareciendo ese sentimiento hasta convertirse en algo normal.
Habías hecho muy buenos y nuevos amigos. Hasta que un día uno de ellos te hizo una nueva proposición:
- ¡Varick, amigo! - Mientras te ofrecía una copa de excelente licor Bretoniano, coñac, de hecho.
- ¡¿Uberto, como va todo?! - Uberto era un joven tileano que habías conocido hacia poco más de medio año en una de estas fantásticas borracheras. Era un tío increíble, él si sabía como divertirse.
- ¡Molto bene, ragazzo! ¿Otra copa de este dulce coñac?
- Ya sabes que no se decirte que no, Uberto.
- ¡Eccellente, eccellente! Por cierto Varick - Se acercó a ti bajando mucho el tono de voz - hoy me han invitato a una fiesta particular spettacolare, ¿queréis veniros conmigo?
- ¿Una fiesta, que tipo de fiesta?
- ¡Una fiesta llena de femmina!
- ¿Qué?
- Putas, ragazzo, …lleno de bellas ragazzas, ¿comprendes?
- ¡¿Prostitutas?!
- ¡Ssssssssh, no alces tanto la voz! Anímate, solo va la gente más importante, ten… - Te puso en la mano una mascara y un salvoconducto. - Esto es todo lo que necesitas, vente conmigo.
- No se…, no se que opinará mi familia…
- ¡Nada hombre, nada! Simplemente no les digas donde fuiste, otra copa de coñac y nos vamos para allí…
Y haciéndote fuerte corazón así lo hiciste. Lo primero que te llamó la atención era que la fiesta se realizaba en una casa noble, estabas completamente anonadado, llegaron carros de diferentes familias y entraba bastante gente.
- ¿Cómo has conseguido estas entradas Uberto?
- Tranquilo, Varick todo benne, todo benne,…
- No, no, dime como has conseguido estas entradas…
- De acuerdo, de acuerdo, ayer estube con una ragazza, una bella ragazza, como lo decis aquí… ¿una cortesana? …una femmina molto costosa. Y me dio las entradas ¿Capite? No te pongas tan nervioso…
- Está bien… vamos dentro…
En la entrada habían dos guardias muy imponentes que lo único que dijeron al entregarles las entradas fue “pónganse las mascaras” y así lo hicisteis.
Únicamente entrar toda la casa tenia un fuerte olor almizcleño y de inciensos raros. Ibas paseando por la casa junto a Varick hasta que te llegaron a tus oídos unos raros y violentos gemidos que provenían de tras de una cortina, con curiosidad y nerviosismo entreabriste la cortina y viste algo que jamás podrías haber imaginado. Una sala llena de personas enmascaradas, con trajes ostentosos, completamente enjoyados y con todo lujo tomando licores y vino carísimo, mientras…una… una joven muchacha era brutalmente fornicada por tres hombres. Te quedaste como clavado hasta que Uberto te tiró de la mano diciendo “¿Increíble, verdad? Vamos, vamos…”
Uberto te condujo a través de unos largos pasillos, pasando por delante de un gran numero de puertas. En una… te pareció ver… ¿una mujer desnuda rodeada por un enorme número de hombres? No sabias donde te habías metido… “Es aquí, Varik” Uberto abrió la puerta y tras ella habían tres jovencitas preciosas completamente desnudas. “¡Ten, toma esto… te animará!” Te dio una copa de licor y te la bebiste de un solo trago.
A la mañana siguiente te dolía todo y te encontrabas realmente mal. Tu mujer estaba junto a la cama con una expresión de preocupada. Al parecer ella creía que te habían dado una paliza. Miraste todo tu cuerpo y estaba lleno de morados y arañazos. Tenias el estomago completamente revuelto, seguramente a causa de la resaca y de alguna cosa más que debiste tomar. Ayer… solo recordabas que, jamás te habías sentido tan vivo y habías logrado sentir tanto placer. Estabas preocupado porque el adulterio, era un tipo de acto no muy bien considerado, pero… fue algo que, superó los límites de tus sentidos. Te sentías muy extraño. Ese día llegaste tarde a trabajar.
Ese día fue, el día de inflexión en tu vida. A medida que pasaba el tiempo, te ibas permitiendo más “días de fiesta” y cada vez estabas menos por tu familia y más por Uberto y las orgías en las que os veíais involucrados. Hasta que un día, algo cambió radicalmente tu vida.
A pesar de estar ganando mucho dinero, cada vez te dejabas más y más dinero en alcohol, drogas, orgías y demás bacanales, cada vez más gente, cada vez más raras, cada vez mas perversas.... Así que te viste obligado a dedicarte a la compra venta o trueque de objetos de valor, información o cualquier cosa que pudieras canjear para mantener tu ritmo de vida, tu familia estaba completamente destrozada, aunque aun no sabían nada, intuían que algo te estaba pasando, tú estabas cambiando.
Un día, en una de estas fiestas multitudinarias, intentabas cambiar un extraño libro a cambio de poder entrar a la fiesta. Al parecer Uberto ya debía estar en el interior de ella. Y el guardia no te permitía como pago ese libro.
- ¡¡¿Este libro vale más de quinientas coronas de oro, porque no me deja pasar?!!
- ¡Esto es una fiesta privada, se requiere una entrada, no un libro! Y me temo que si no se va de inmediato, me veré obligado a sacarlo de aquí a la fuerza.
- ¡¿Qué?!
- ¿Que ocurre? - Dijo una voz femenina y acaramelada.
- Se… señora Baronesa.
Jamás habías visto una mirada tan funesta. La mujer miró fijamente al guardia.
- Déjame ver ese libro, si eres tan amable… - Pasó un par de paginas y miró el libro con sumo interés - dejadle pasar, el irá conmigo.
- Por... por supuesto.
Ahí pasaste mucho rato hablando. Tú que pensaste que habías conseguido entrar en la fiesta con el fin de formar parte de una bacanal. Pero lo que te ofrecieron fue mucho más interesante, se acabó el pagar más fiestas, se acabó los problemas económicos. Te ofrecían formar parte de uno de los cultos más suculentos de todo el Imperio, te prometían todo lo que tenías y ansiabas y mucho más y a cambio solo debías… conseguir y sustraer ciertos libros e información del colegio de magia y de las bibliotecas de Altdorf, a cambio de placer ilimitado y poder sumergirte en tus deseos mas oscuros. No dudaste un segundo en aceptar, sabias que lo que estabas aceptando era la condena de tu alma, porque la estabas entregando a los señores oscuros, pero tu alma ya se había perdido hacia ya mucho tiempo. Como en la metodología del culto suele funcionar, el pacto se selló tras una ostentosa bacanal y se te entregó un colgante con el que tendrías paso a las fiestas mas importantes de forma gratuita y sin ningún tipo de problema.
Al día siguiente encontraron el cuerpo del guardia de la fiesta muerto. Así seguro que no volvería a decirte que no podías entrar. Aunque lo más probable era de que hubiese acabado en el fondo del río por haber delatado a la estimada Baronesa.
Con el tiempo no pudiste evitar el comentarle a Uberto lo del culto. Extrañamente se horrorizó. Él, que te había introducido a este mundo se horrorizaba porque tu le ofrecías más y la oportunidad de no tener limites y el lo rechazó rotundamente, es más te amenazó de denunciarlo a las autoridades, había enloquecido pensaste. Al día siguiente Uberto apareció ahorcado cerca del Reick, no pudiste evitarlo, no podía delatarte.
Un día volviste a casa, cansado y bajo los efectos de la raíz bruja. Te encontrabas realmente muy mal. Y lo único que te faltó fue tu mujer encima machacándote la cabeza y lloriqueando a tu alrededor. Si que era cierto que hacia más de un año que no la tocabas, de hecho, prácticamente ni la veías y sin darte cuenta tu hija ya tenia dos años.
- ¡¿No estarás tomando raíz bruja?!
- Déjame en paz…
- ¡¡Tu saliva es de color verde!!
- He dicho que me dejes…
- Pero…
- ¡Qué me dejes!
No recordabas haber golpeado a alguien con tanta fuerza. Te fuiste a tu habitación y te echaste a llorar, ¿En que te estabas convirtiendo? ¿Qué es lo que había pasado?
Tras largos días de meditación, enviaste una carta al culto diciendo que ibas a cesar en tus actividades y que estabas dispuesto a correr el riesgo de pagarlo con tu integridad.
Dejaste de enviar los pedidos que te hacían en el culto. Dejaste de informar. Y empezaste de nuevo tu antigua vida hasta que un día de nuevo todo cambió.
Una mañana sin recordar nada amaneciste dentro del Alcázar de Mundsen. Al parecer bajo los cargos de asesinato e incendio. Tu familia… tu familia había muerto brutalmente mutilada y habían hecho arder la casa. Jamás te lo perdonarías, jamás.
Así que te permitiste el lujo de ponerte en contacto con una de las órdenes de Sigmar. Y su respuesta fue, Patrick.
- Esta, esta es toda la historia…
- Ummmm… está bien, está bien… - te contestó Patrick
- Concédame el perdón, le juro que me arrepiento de todo lo que hice… ¡¡o acabe conmigo!!
- ¿Tan fácil? No amigo Varick, no… Seguirás en tu culto de los dioses oscuros y me servirás desde dentro, seguirás haciendo más o menos tus repugnantes actividades y seguirás enviando información a tu culto. Siempre consultandomelo a mi primero, y nosotros en caso de que fuera necesario te iremos dando información falsa o trampas para que tus colegas vayan cayendo. ¿Comprendes?
-- Varick Zutreffend --
Escribano/”Infiltrado”
Te encontrabas en los calabozos de la ergástula de Mundsen. Uno de los sitios mas purulentos de todo el Imperio. Allí se arremolinaba la peor de la calaña de todo el imperio entre los muros de esta prisión. Y tú te encontrabas allí, tranquilo e imperturbable. No sabias como iba a acabar tu camino, pero de lo que estabas seguro es que no ibas a estar mucho más tiempo encerrado entre las paredes de esta carcel.
Unos pasos de botas pesadas se entrometieron en tus sueños. “Abrid la jaula, ¿Varick Zutreffend?” Alzaste la vista y viste el rostro de un joven bastante apuesto, te aclaraste la vista y volviste a mirar bien al muchacho.
- ¿… si?
- Mi nombre es Patrick. Acompáñeme.
El aspecto del muchacho, a pesar de su temprana edad imponía notablemente. Era un chico de constitución fuerte e iba bien equipado, una espada bastarda oculta tras una capa, una ballesta en el cinto, un carcaj en el otro lado. Sin duda era un cazador de brujas de campo muy bien preparado. Te empezaste a levantar torpemente el te agarró con mucha fuerza de una de tus muñecas y te ayudó a incorporarte. No sabias si debías estar atemorizado o simplemente agradecido, tu destino al atravesar las puertas de tu encierro era completamente incierto.
“Limpiadlo y dadle ropajes nuevos”. Te pusieron en medio de un patio completamente desnudo con todas las marcas causadas por el paso del culto en tu cuerpo, hacia mucho tiempo que no veías el sol y eso te castigaba mucho tus ojos. De golpe un cubo de agua chocaba contra tu cuerpo “¡venga! ¡Espabila, pedazo de mierda!” sin duda eran muy alentadores los gritos del carcelero. Empezaste a desincrustarte la inmundicia que llevabas en el cuerpo gracias a un cacho de cuerda de esparto mientras te iban arrojando cubos de agua helada. Ante ti te dejaron un pantalón y una camisa. “Vístete, nos vamos”.
A unos pocos metros de las puertas de la ciudadela de Mundsen se encontraba un carro negro tirado por dos caballos. En él había un cochero con unas pintas no muy distintas a las que tenía tu acompañante. El cazador de brujas abrió la puerta del carro invitándote a pasar.
Al parecer os dirigíais al centro de Altdorf, capital del Imperio. Al cabo de unas horas el carro se detubo, Patrick bajó del carro y te indicó que debías bajar. Al parecer estabas equivocado, el carro no se dirigía al centro de Altdorf si no al puerto del río Reick, una de las peores zonas de Altdorf, por las noches era una zona realmente peligrosa, tu sabias muy bien eso. Habíais parado ante una posada del Reick, Patrick te hizo pasar delante y entrasteis en ella, un antro realmente repugnante “Traedme algo de comida y bebida” indicó al posadero, el cual asintió y se apresuró en cumplir las órdenes del Cazador de Brujas. Subisteis hasta un segundo piso y entrasteis en una de las habitaciones, en la habitación había únicamente una cama y una mesa con dos sillas.
El puño del Cazador de Brujas chocó contra tu boca haciéndote caer sobre la cama, realmente tenia muchísima fuerza para ser un chico tan joven, de un solo puñetazo te había abierto toda la encía y tu boca sangraba, mucho.
- No quiero que en ningún momento te sientas cómodo, ¿entiendes? Me repugna la gente como tu, ahora siéntate.
Cogió las dos sillas y las puso frente a ti, al lado de la cama. En una de ellas puso un fardo, en la otra se sentó él. Abrió el fardo y dejó a la vista un impresionante número de herramientas de tortura, todas muy limpias y bien ordenadas.
- Ahora, hablemos…
Hacia poco tiempo que andabas trabajando para un pequeño hechicero imperial, por fin habías dejado ese ridículo cargo de bibliotecario, por fin podrías comenzar a ganar dinero de verdad. Aquellos escribas que tenían la suerte de trabajar bajo el mando de un hechicero solían amasar grandes cantidades de dinero. La faena no era muy compleja, mantener ordenada la biblioteca, pasar algunos papeles a limpio y contestar a la correspondencia. Hasta cinco coronas de oro podías llegar a ver al mes. Mientras que un campesino ganaba unas diez monedas de oro al año, tu ganabas seis veces más. Además ostentabas una posición privilegiada respecto a muchos, gracias al permiso del hechicero tenias acceso a la escuela de magia alquimica y a cualquier sección de la biblioteca. En tus ratos libres te dedicabas a curiosear algunos libros inaccesibles a mucha gente, ya bien fuese por su complejidad o por su carácter “privado” para los magos.
Poco a poco el hechicero se sintió muy complacido de tus buenas labores y decidió premiarte con veinte chelines de plata más al mes, el equivalente a una moneda de oro más, su generosidad era inmensa. La noche de tu prima extra decidiste que tenías ganas de ir a celebrarlo. Esa noche en la taberna corrió el vino y la cerveza a tu cuenta, realmente te sentías muy lleno con tu trabajo y con el dinero que ibas acumulando.
Tu familia comprendió perfectamente que una noche al mes, era tu noche y que deseabas tomártela para ti solo. Al principio te sentías mal por dejar a tu mujer y a tu hija solas en casa, pero poco a poco fue desapareciendo ese sentimiento hasta convertirse en algo normal.
Habías hecho muy buenos y nuevos amigos. Hasta que un día uno de ellos te hizo una nueva proposición:
- ¡Varick, amigo! - Mientras te ofrecía una copa de excelente licor Bretoniano, coñac, de hecho.
- ¡¿Uberto, como va todo?! - Uberto era un joven tileano que habías conocido hacia poco más de medio año en una de estas fantásticas borracheras. Era un tío increíble, él si sabía como divertirse.
- ¡Molto bene, ragazzo! ¿Otra copa de este dulce coñac?
- Ya sabes que no se decirte que no, Uberto.
- ¡Eccellente, eccellente! Por cierto Varick - Se acercó a ti bajando mucho el tono de voz - hoy me han invitato a una fiesta particular spettacolare, ¿queréis veniros conmigo?
- ¿Una fiesta, que tipo de fiesta?
- ¡Una fiesta llena de femmina!
- ¿Qué?
- Putas, ragazzo, …lleno de bellas ragazzas, ¿comprendes?
- ¡¿Prostitutas?!
- ¡Ssssssssh, no alces tanto la voz! Anímate, solo va la gente más importante, ten… - Te puso en la mano una mascara y un salvoconducto. - Esto es todo lo que necesitas, vente conmigo.
- No se…, no se que opinará mi familia…
- ¡Nada hombre, nada! Simplemente no les digas donde fuiste, otra copa de coñac y nos vamos para allí…
Y haciéndote fuerte corazón así lo hiciste. Lo primero que te llamó la atención era que la fiesta se realizaba en una casa noble, estabas completamente anonadado, llegaron carros de diferentes familias y entraba bastante gente.
- ¿Cómo has conseguido estas entradas Uberto?
- Tranquilo, Varick todo benne, todo benne,…
- No, no, dime como has conseguido estas entradas…
- De acuerdo, de acuerdo, ayer estube con una ragazza, una bella ragazza, como lo decis aquí… ¿una cortesana? …una femmina molto costosa. Y me dio las entradas ¿Capite? No te pongas tan nervioso…
- Está bien… vamos dentro…
En la entrada habían dos guardias muy imponentes que lo único que dijeron al entregarles las entradas fue “pónganse las mascaras” y así lo hicisteis.
Únicamente entrar toda la casa tenia un fuerte olor almizcleño y de inciensos raros. Ibas paseando por la casa junto a Varick hasta que te llegaron a tus oídos unos raros y violentos gemidos que provenían de tras de una cortina, con curiosidad y nerviosismo entreabriste la cortina y viste algo que jamás podrías haber imaginado. Una sala llena de personas enmascaradas, con trajes ostentosos, completamente enjoyados y con todo lujo tomando licores y vino carísimo, mientras…una… una joven muchacha era brutalmente fornicada por tres hombres. Te quedaste como clavado hasta que Uberto te tiró de la mano diciendo “¿Increíble, verdad? Vamos, vamos…”
Uberto te condujo a través de unos largos pasillos, pasando por delante de un gran numero de puertas. En una… te pareció ver… ¿una mujer desnuda rodeada por un enorme número de hombres? No sabias donde te habías metido… “Es aquí, Varik” Uberto abrió la puerta y tras ella habían tres jovencitas preciosas completamente desnudas. “¡Ten, toma esto… te animará!” Te dio una copa de licor y te la bebiste de un solo trago.
A la mañana siguiente te dolía todo y te encontrabas realmente mal. Tu mujer estaba junto a la cama con una expresión de preocupada. Al parecer ella creía que te habían dado una paliza. Miraste todo tu cuerpo y estaba lleno de morados y arañazos. Tenias el estomago completamente revuelto, seguramente a causa de la resaca y de alguna cosa más que debiste tomar. Ayer… solo recordabas que, jamás te habías sentido tan vivo y habías logrado sentir tanto placer. Estabas preocupado porque el adulterio, era un tipo de acto no muy bien considerado, pero… fue algo que, superó los límites de tus sentidos. Te sentías muy extraño. Ese día llegaste tarde a trabajar.
Ese día fue, el día de inflexión en tu vida. A medida que pasaba el tiempo, te ibas permitiendo más “días de fiesta” y cada vez estabas menos por tu familia y más por Uberto y las orgías en las que os veíais involucrados. Hasta que un día, algo cambió radicalmente tu vida.
A pesar de estar ganando mucho dinero, cada vez te dejabas más y más dinero en alcohol, drogas, orgías y demás bacanales, cada vez más gente, cada vez más raras, cada vez mas perversas.... Así que te viste obligado a dedicarte a la compra venta o trueque de objetos de valor, información o cualquier cosa que pudieras canjear para mantener tu ritmo de vida, tu familia estaba completamente destrozada, aunque aun no sabían nada, intuían que algo te estaba pasando, tú estabas cambiando.
Un día, en una de estas fiestas multitudinarias, intentabas cambiar un extraño libro a cambio de poder entrar a la fiesta. Al parecer Uberto ya debía estar en el interior de ella. Y el guardia no te permitía como pago ese libro.
- ¡¡¿Este libro vale más de quinientas coronas de oro, porque no me deja pasar?!!
- ¡Esto es una fiesta privada, se requiere una entrada, no un libro! Y me temo que si no se va de inmediato, me veré obligado a sacarlo de aquí a la fuerza.
- ¡¿Qué?!
- ¿Que ocurre? - Dijo una voz femenina y acaramelada.
- Se… señora Baronesa.
Jamás habías visto una mirada tan funesta. La mujer miró fijamente al guardia.
- Déjame ver ese libro, si eres tan amable… - Pasó un par de paginas y miró el libro con sumo interés - dejadle pasar, el irá conmigo.
- Por... por supuesto.
Ahí pasaste mucho rato hablando. Tú que pensaste que habías conseguido entrar en la fiesta con el fin de formar parte de una bacanal. Pero lo que te ofrecieron fue mucho más interesante, se acabó el pagar más fiestas, se acabó los problemas económicos. Te ofrecían formar parte de uno de los cultos más suculentos de todo el Imperio, te prometían todo lo que tenías y ansiabas y mucho más y a cambio solo debías… conseguir y sustraer ciertos libros e información del colegio de magia y de las bibliotecas de Altdorf, a cambio de placer ilimitado y poder sumergirte en tus deseos mas oscuros. No dudaste un segundo en aceptar, sabias que lo que estabas aceptando era la condena de tu alma, porque la estabas entregando a los señores oscuros, pero tu alma ya se había perdido hacia ya mucho tiempo. Como en la metodología del culto suele funcionar, el pacto se selló tras una ostentosa bacanal y se te entregó un colgante con el que tendrías paso a las fiestas mas importantes de forma gratuita y sin ningún tipo de problema.
Al día siguiente encontraron el cuerpo del guardia de la fiesta muerto. Así seguro que no volvería a decirte que no podías entrar. Aunque lo más probable era de que hubiese acabado en el fondo del río por haber delatado a la estimada Baronesa.
Con el tiempo no pudiste evitar el comentarle a Uberto lo del culto. Extrañamente se horrorizó. Él, que te había introducido a este mundo se horrorizaba porque tu le ofrecías más y la oportunidad de no tener limites y el lo rechazó rotundamente, es más te amenazó de denunciarlo a las autoridades, había enloquecido pensaste. Al día siguiente Uberto apareció ahorcado cerca del Reick, no pudiste evitarlo, no podía delatarte.
Un día volviste a casa, cansado y bajo los efectos de la raíz bruja. Te encontrabas realmente muy mal. Y lo único que te faltó fue tu mujer encima machacándote la cabeza y lloriqueando a tu alrededor. Si que era cierto que hacia más de un año que no la tocabas, de hecho, prácticamente ni la veías y sin darte cuenta tu hija ya tenia dos años.
- ¡¿No estarás tomando raíz bruja?!
- Déjame en paz…
- ¡¡Tu saliva es de color verde!!
- He dicho que me dejes…
- Pero…
- ¡Qué me dejes!
No recordabas haber golpeado a alguien con tanta fuerza. Te fuiste a tu habitación y te echaste a llorar, ¿En que te estabas convirtiendo? ¿Qué es lo que había pasado?
Tras largos días de meditación, enviaste una carta al culto diciendo que ibas a cesar en tus actividades y que estabas dispuesto a correr el riesgo de pagarlo con tu integridad.
Dejaste de enviar los pedidos que te hacían en el culto. Dejaste de informar. Y empezaste de nuevo tu antigua vida hasta que un día de nuevo todo cambió.
Una mañana sin recordar nada amaneciste dentro del Alcázar de Mundsen. Al parecer bajo los cargos de asesinato e incendio. Tu familia… tu familia había muerto brutalmente mutilada y habían hecho arder la casa. Jamás te lo perdonarías, jamás.
Así que te permitiste el lujo de ponerte en contacto con una de las órdenes de Sigmar. Y su respuesta fue, Patrick.
- Esta, esta es toda la historia…
- Ummmm… está bien, está bien… - te contestó Patrick
- Concédame el perdón, le juro que me arrepiento de todo lo que hice… ¡¡o acabe conmigo!!
- ¿Tan fácil? No amigo Varick, no… Seguirás en tu culto de los dioses oscuros y me servirás desde dentro, seguirás haciendo más o menos tus repugnantes actividades y seguirás enviando información a tu culto. Siempre consultandomelo a mi primero, y nosotros en caso de que fuera necesario te iremos dando información falsa o trampas para que tus colegas vayan cayendo. ¿Comprendes?
Slann- Cantidad de envíos : 554
Fecha de inscripción : 25/09/2009
Edad : 109
Re: -- Varick Zutreffend --
woa.. este tio se las monta solo!!! JOer que cosas, es un muy buen relato quillo, muy bueno!
Kerohs- Cantidad de envíos : 1001
Fecha de inscripción : 30/07/2010
Edad : 37
Localización : Madrid/Malaga
Re: -- Varick Zutreffend --
Kerohs escribió:woa.. este tio se las monta solo!!! JOer que cosas, es un muy buen relato quillo, muy bueno!
Ya te digo. El tipo tiene hecho otros mas de la misma partida, de otros pjs. Pero este es el que más me gustó.
Slann- Cantidad de envíos : 554
Fecha de inscripción : 25/09/2009
Edad : 109
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